Thursday, 10 March 2016

El descubridor del Nuevo Mundo

Durante muchos años los maestros de historia han enseñado a los jóvenes que, el descubridor de América es Cristóbal Colón, pero ¿en realidad merece este título?; Alejo Carpentier nos cuenta otra versión de la historia, de cómo se reveló el Nuevo Mundo; según Carpentier en su novela, El arpa y la sombra nos habla sobre ¿quién fue? y ¿qué hizo durante su vida? Antes y durante sus viajes, de igual manera el engaño cometido ante los reyes católicos.
Se dice que fue Cristóbal Colón Quien  encontró el Nuevo Mundo, pero Carpentier nos muestra otra posible versión de la historia en la que revela, a través de la ficción, algunos vacíos históricos. Según lo que se relata en El arpa y sombra cuando Colón era joven navegaba con una tripulación, en ella se entera de fascinantes historias de alta mar, en las que se habla de una “tierra verde” con maravillosos cuentos como la “tierra del vino”, que es también llamada “Vinlandia”, la cual fue descubierta por los vikingos, unos siglos antes
(…) me dice que, hace ya tantos años que suman varios siglos, un  hidalgo pelirrojo, de aquí, al ser condenado a destierro por delito de homicidio, había emprendido una navegación fuera de los rumbos usuales, que lo condujo a una enorme tierra a la que llamo “Tierra Verde” por los verdes que allí estaban los árboles (Carpentier, 1979, p. 31)
Lo que nos demuestra que fueron los vikingos los primeros en llegar a esta tierra nueva, sin dar a conocer al mundo su hallazgo, por lo que Colón se aprovecha de esto, ya que pocos eran los que conocían estas historias.
Cuando consigue tener la madurez y el dinero suficiente para emprender su viaje a nuevas tierras, busca el financiamiento de su empresa ante los reyes católicos, pero tras ser negada, va ante los reyes de Portugal e Inglaterra, obteniendo el mismo resultado, desarma y reconstruye su empresa para volver ante la corte, esta vez a solas con la reina Isabel a la que adula y conquista en la intimidad, consiguiendo así lo que tanto añora. Es de esta manera como engaña a la reina haciéndole creer que solo él conoce sobre ese lugar, sabiendo las tierras a donde se dirige ya han sido pisadas por otros navegantes.
No es esta la única forma en que engaña, ya que es en su primer viaje cuando decide mentir a la tripulación y a los reyes Católicos, anotando en su diario menos leguas de las que en realidad había avanzado, porque no estaba seguro del lugar a donde se dirigía.
(…) me resolví recurrir a la mentira, al embuste, al perenne embuste en que habría de vivir (y esto si lo diré al franciscano confesor a quien ahora espero) desde el domingo 9 de septiembre en que acorde contar cada día menos leguas de las que andábamos  porque si el viaje era luengo no se espantase ni desmayase la gente. (Carpentier A. 1979, p.45).


Sigue el repertorio de embuste por parte de Colón, que a partir del 13 de octubre comienza con la redacción de sus relaciones de viajes con la palabra “oro”, todo esto porque a pesar de tanto tiempo de búsqueda, no encuentra nada. A lo que resolvió por capturar a unos indios para que los guiaran a donde se encontraban las minas de oro, pero nunca consiguió nada.
Para su segundo viaje, Colón llama a los indios pacíficos “caníbales”, no basta con este insulto, decide inaugurar el tráfico de esclavos, a los que incluye mujeres, niños y niñas, con el fin de sacarle fruto de alguna manera a su empresa, por no haber conseguido el oro y especias que tanto añoraba.
Fueron muchas las atrocidades cometidas por parte de Colón y de los españoles contra los indios, que incluso los obligaron a realizar crueles trabajos hasta la muerte, todo esto por la codicia y la ambición del dinero y el oro, con el objetivo de alcanzar un fin mayor para su propio beneficio y ego, de querer trascender a la historia como el hombre que descubrió a América.
Hoy queda en entredicho la grandeza y la imagen de “superioridad” con la que se veía anteriormente a este personaje que, sin duda alguna, marca un antes y un después en lo que respecta a la forma de vivir de los aborígenes americanos. Pero es posible dudar ahora si la llegada de Colón a la gran América fue realmente un descubrimiento o simplemente un error de cálculo en su ruta, o si era un gran navegante o un sujeto con mucha suerte.


Neida A. Martínez V.

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